Omnicanalidad de contenidos

El acceso a la información ya no es el problema o es el menor.  A mediados del año 2017 más de la mitad de la población mundial accedió de alguna forma a una conexión de internet  y en varios países alcanzó hasta al 82% de la comunidad (según Internet World Stats).

 

Dentro de este nuevo mundo, las resultados de audiencia y consumo de medios perdieron relevancia frente a la efectividad del alcance de los canales digitales formales (portales, sitios…), informales (blogs) y sociales (redes, mensajería…).

 


De hecho, el nivel de supervivencia de un medio masivo clásico es proporcional a su nivel de inserción y adaptabilidad a los medios digitales.


 

Entre los miles de ejemplos, hashtags para medir televidentes, podcast de señales de tv, apps mobile de radio y así.

 

Con esto cambio sistemático y creciente, la jerarquización de los contenidos (y entre ellos las noticias) queda en mayor medida en una suerte de evaluación colectiva.

 

Si bien en la actualidad, los medios tradicionales todavía conservan una suerte de clasificación (con mayor incidencia en áreas menos pobladas), esa selección compite en un ecosistema más amplio y horizontal.

 

Lo importante hoy es descubrir qué contenidos adquieren relevancia y quiénes fueron los promotores de ese éxito. Saber qué contenido circula es una ventaja desde varios aspectos:

 

-conocer los intereses de un grupo sobre temas puntuales

-identificar el formato de presentación más conveniente (80% será video en 2021, según Cisco)

-insertar contenido pautado

-aprovechar el tráfico del canal

 

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